
¡ADIÓS, PROFESOR!
Por Antonio Tello
El miércoles 24 de septiembre falleció en Río Cuarto, a los 74 años, Fernando Sassatelli (Cnel. Moldes, 1951-Río Cuarto, 2025), a quien muchos llamaban “profesor” o más cercanamente “profe”. Estaba a cargo de la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad y de la presidencia de la Fundación por la Cultura, institución que patrocina ECM Digital.
Fernando Sassatelli deja un legado importante en la cultura y el deporte de la ciudad y su zona de influencia, por su forma personal de gestionar las acciones de su ramo y por dejar, en este caso con el apoyo activo y leal del poeta Diego Formía mientras formaron equipo durante la gestión del intendente Juan Manuel Llamosas, un extraordinario legado de espacios culturales nuevos, como la Casa de la Poesía o el Museo Héroes de las Malvinas, entre otros, o rehabilitados y revalorizados, entre los que se cuentan el Teatrino de Trapalanda. El Andino, la Biblioteca María Elena Walsh o El Viejo Mercado.
Entre los aspectos más destacables de Sassatelli como funcionario público destacan su compromiso, su entrega sin reticencias al trabajo, y al carácter abierto que caracterizó su gestión. Coincido con Gastón Molayoli, director del Centro Cultural Leonardo Favio, cuando dice en una entrevista a Puntal FM, que gran parte del secreto de su éxito como gestor cultural, fue el de crear equipos, áreas al frente de las cuales puso gente en la que reconocía capacidad y compromiso y en la que depositaba toda su confianza. En este particular puedo dar fe de esta cualidad de Sassatelli. En 2014, siendo director de la Casa de la Cultura, enterado de mi regreso a Argentina unos meses antes, vio la posibilidad de hacer realidad una idea que le rondaba desde hacía tiempo y creó el Área de Literatura y Pensamiento ofreciéndome su coordinación. Fruto de esta relación se realizaron importantes ciclos literarios, como el 10×10 que, con el apoyo institucional del Ministerio de Educación provincial, a lo largo de los cinco años que duró pasaron los más importantes narradores y poetas de Río Cuarto y Córdoba para hablar, tanto en la ciudad y como en pueblos de la zona, sobre cuentos y poemas magistrales de la literatura universal -conferencias que fueron filmadas y compartidas públicamente con un espíritu de descentralización federal-, y se fundó la Videoteca Provincial de Autores Cordobesesi. También se apoyó desde el área la renovación estatutaria de la SADE Río Cuarto (Sociedad Argentina de Escritores), presidida entonces por Justo Sorondo y luego por Gonzalo Otero Pizarro, que conseguiría su personalidad jurídica y un estatuto de representación gremial de sus asociados.
La articulación de su trabajo en áreas permitió reconocer en Fernando Sassatelli una visión abarcadora de la cultura. Para él, ésta no era patrimonio de clases sino de la ciudadanía y de allí que considerara que los espacios que habilitaba, como la Casa de la Cultura, debían ser ganados y ocupados por los ciudadanos sin distinción. Con este propósito buscó los apoyos necesarios en entidades privadas y en la Agencia Córdoba Cultura, cuya delegación local contribuyó a instalar en la ciudad, para salvar el antiguo cine Plaza y convertirlo en el Centro Cultural Leonardo Favio, donde el cine no comercial se convirtió en un gran atractivo, incluso llevando a la sala a niños del extrarradio que nunca habían visto una película en un cine. También dio vía libre aquí a un formidable ciclo de grandes óperas filmadas, que, con el tiempo, desde la Fundación para la Cultura, tendría su correlato en el Otoño Polifónico, uno de los grandes acontecimientos de música clásica en Río Cuarto y la región.
Sassatelli y Tello en reunión de trabajo
Su palpable legado cultural es fruto de un trabajo incansable, cuidando cada detalle hasta la obsesión, pulsión que lo llevó a morir en su ley, y a sus sólidas convicciones democráticas. Por experiencia sé que no siempre estuvo de acuerdo con decisiones que tomé en el ejercicio de mi trabajo, pero ello no fue obstáculo para que lo impidiera o lo entorpeciera, ni tampoco que mis ideas y posicionamiento político fueran impedimentos para contar con su respeto. Puedo decir que siempre conté con su apoyo y su confianza hasta el punto de ponerme a cargo de la Biblioteca Córdoba, cuando fue nombrado director de la Agencia Córdoba Cultura. Lamentablemente, aunque había iniciado la formación de nuevos equipos para concretar una ambiciosa política cultural, sus problemas de salud lo obligaron a renunciar y volver a Río Cuarto. Aquí, inicialmente junto al poeta Diego Formía, desde la Fundación por la Cultura, emprendió una portentosa labor que quizás excedía sus mermadas fuerzas, pero no por esto renunció a llevarla a cabo. Empeñado en dar lo mejor de sí, Fernando Sassatelli apoyó diversas iniciativas culturales, se hizo cargo del edificio del Palacio de Justicia convirtiéndolo en una nueva oferta, dio un renovado impulso a la Feria del Libro Juan Filloy, que quería regional, y apoyó la continuidad de ECM en forma digital para acomodar esta publicación a las nuevas tecnologías y proyectar la imagen de la ciudad al resto del país y darle un carácter internacional. Asimismo, ante las políticas destructivas del gobierno nacional encabezado por Javier Milei, no dudó en fortalecer los medios de una cultura genuina y apoyar incondicionalmente a la educación pública, tal como lo han reconocido las instituciones y los docentes universitarios.
Como director de ECM Digital no puedo dejar de apreciar la lucidez con las que apostó por este medio, y como persona dejar de expresar mi dolor ante la pérdida de un hombre que, más allá de sus contradicciones, supo entender y entregarse con generosidad al servicio del bien común. Su trayectoria y honradez contradicen a quienes descalifican genéricamente a todos los políticos y funcionarios públicos. Quienes fuimos sus amigos sentiremos entrañablemente su ausencia, pero la sociedad seguirá disfrutando de todo aquello que propició en la cultura y el deporte por amor a los demás.
Entrevista de Antonio Tello a Fernando Sassatelli en Radio Universidad en el 2014 – Programa: La Torre de la Canción