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Entrevista
Entrevista a Neus Aguado
Por Antonio Tello
Neus Aguado es una de las poetas mayores de la poesía en lengua castellana. Su producción se caracteriza por una escritura límpida con la que teje una urdimbre tan delicada como resistente a la acción corrosiva del tiempo y de lo superfluo. Entre Leones (El Toro de Barro, 2002) constituye una pequeña joya de alto valor poético.
Desde su Paseo présbita (La Gaya Ciencia, 1982), Neus Aguado ha ido construyendo un universo poético propio fundado en una noción sustancial de la palabra a partir de la cual elabora metáforas de sentido que enlazan lo abstracto y lo concreto con extrema sutileza. No hay nudos en la textura del tejido poético de Neus Aguado. En Entre leones –número 23 de los Cuadernos del Mediterráneo editados por Carlos Morales- su voz se eleva desde las lindes del cuerpo y se hace oír con los ecos de esa espiritualidad característica de los místicos españoles, en particular de Juan de la Cruz, y también de esa poesía amorosa árabe, como la de Hazn de Córdoba, e incluso la que trasuntan los libros bíblicos [Permite que espigue en tus campos / y que después me tienda a tus pies / como si fuese Ruth, como si fueses Booz].
Pero, si bien Neus Aguado, referencia a estos dos personajes que representan el amor como fruto de la abnegación y el sacrificio, la naturaleza de su poética se aproxima más a la sensualidad de Salomón.
Neus Aguado, según sus datos biográficos, usted nació en la Córdoba argentina, pero siendo muy niña su familia se trasladó a España y desde entonces ha vivido en este país ¿Queda algo de su argentinidad original? ¿Qué recuerda de su lugar natal?
Sí, queda mucho de mi argentinidad natal, especialmente cuando escribo. Recuerdo la ciudad de Córdoba donde nací, una de las más bellas de Argentina, y la casa en la que crecí junto a mis hermanos, en la avenida General Paz 1232. Recuerdo a doña Dora, la cuñada del doctor Arturo Illia, que vivía cerca de mi casa y que me enseñó a leer y a escribir a los tres años. Ella era maestra de profesión y le hizo gracia enseñarme. Mi madre aceptó encantada y me tenía repitiendo letras con lápices de colores por su cuenta y riesgo.
Tengo un recuerdo agridulce de la Escuela Presidente Sarmiento, donde asistí al Jardín de Infantes y fue donde aprendí a jugar a las damas; ese juego me encantaba. Me gustaba tanto ir que los festivos, a veces, lloraba por no poder ir. Creo que de ahí me viene el haberle tenido en el pasado una cierta manía a los festivos. Ya de mayor, deploraba y aún deploro que las bibliotecas no estén abiertas los domingos. De ahí pasé al colegio español para niñas, el Colegio 25 de Mayo. Madres Escolapias. Allí existían clases de declamación, nos enseñaban a recitar, por ejemplo, poemas de María Elena Walsh. Era y sigue siendo un colegio exclusivamente femenino. Me acuerdo que leí la biografía de la fundadora de las Escolapias, Paula Montal, impresa en Barcelona, como casi todos los libros que usábamos en el colegio y muchos de los que se compraban en casa. Paula Montal me hizo creer en la Providencia y hasta hoy. Ella era una “puntaire”, encajera, nacida en Arenys de Mar (Barcelona), su trabajo era hacer encaje de bolillos, un oficio artesanal. En este municipio han conservado la tradición del encaje de bolillos.
Recuerdo a muchísimas personas, lugares y cosas, y experiencias vividas, sería muy extenso detallarlo todo. También tengo un recuerdo muy especial de la sierra cordobesa, de haberme sentido allí parte de la naturaleza, de haberme sentido libre.
Al crecer y educarse en un entorno donde conviven dos lenguas, la castellana y la catalana, ¿ha vivido esta circunstancia como un hecho traumático?
No, en absoluto. Lo he vivido como un enriquecimiento. Acceder a una nueva lengua es acceder a una nueva cultura. Lo que fue traumático fue el cambio. Me había quedado huérfana de padre, cambié un país por otro, una casa por otra, un ambiente por otro, un colegio por otro, familiares por otros, y me había quedado sin amistades. Cuando dejé Argentina, tenía diez años y dos meses y no tenía la conciencia de que era para siempre.
¿Se considera una poeta extraterritorial? ¿Una poeta que ha sufrido la pérdida, la acción erosiva de la aculturación? ¿Una poeta que debió sustituir una tradición literaria por otra?
No he sustituido ninguna tradición por otra, he ido agregando a la argentina la española y la catalana, la gallega y la vasca; como he agregado la francesa, la provenzal, la italiana, la portuguesa, la alemana y la inglesa. Incluso he traducido literatura catalana, francesa e italiana al castellano. Por supuesto que he sentido la pérdida de mi mundo de la infancia. Me hice mayor de golpe, a los diez años. Y el refugio lo encontré en la lectura, leía todo el tiempo, me pasaba el día leyendo. Incluso en clase, tenía un libro debajo de los libros de estudio. Y cuando íbamos a repaso, en la biblioteca del colegio, leía biografías de santos. Y en mi casa, me encerraba a leer horas y horas. Leía todo cuanto caía en mis manos, desde biografías de santos, como he dicho, que me parecían apasionantes por la mezcla de brutalidad y milagros que describían, Las Aventuras de Guillermo Brown de Richmal Crompton y la novelística rusa, y recuerdo que, en esa época, de muy jovencita, leí Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato, que me impactó mucho. Sustituí esa pérdida, ese cambio, súbito, inesperado, por la lectura. Y también empecé a escribir.
Hablando de tradiciones, desde sus primeros libros -incluyo aquí también los cuentos de Juego cautivo y Paciencia y barajar– hasta el último poemario, En la llovizna del puerto, observo ecos tan fuertes de la tradición mítica grecorromana y bíblica como de las antiguas leyendas europeas (pienso en Ginebra en bruma rosa) o de la poesía mística, especialmente la española del siglo XVI. ¿Es este el cimiento conceptual de su poesía?
Sí, muy bien visto, esas tradiciones me conforman como persona y como escritora. La poesía mística española ha sido muy importante en mi formación. No lo es menos la poesía sufí y la poesía del Al-Andalus. Por otra parte, he tenido la inmensa fortuna de estudiar, de forma lectiva, latín ocho años y griego clásico un par de años y junto a las lenguas sus tradiciones y su literatura, incluido el teatro. En cuanto a la Biblia, he asistido, por diversos motivos ajenos a la práctica en mi casa, a dos colegios religiosos hasta casi los quince años. En realidad, el primer texto que analicé fue un fragmento bíblico. Una religiosa del colegio al que yo asistí desde que llegué a Catalunya, con diez años, el Colegio Santa Teresa de Jesús. Hermanas Carmelitas Misioneras (Terrassa, Barcelona), me pidió, no recuerdo el motivo, la interpretación de un texto bíblico que, lamentablemente, he olvidado. Yo debía de tener doce años, aproximadamente.
Quizás la pregunta anterior y su respuesta pueden sugerir que su poesía es etérea y alejada de las sensaciones humanas. Sin embargo, una fuerte sensualidad da cuerpo al verso y al poema. Blanca hondura en tu voz / que espera ser abierta como una granada, en dos, / blanca hondura en tu voz / como un vino muy dulce…dice un poema de Entre leones. Esto me libra de interrogarle sobre la naturaleza del amor, pero me faculta a preguntarle ¿cree que el amor sólo existe en su consumación, en el abrazo de los amantes y en el recuerdo de éste?
El amor existe en toda cosa, somos las personas quienes, a veces, no lo captamos. El amor existe en cada brizna. Es importante el amor físico, aunque también lo es el amor espiritual, para mí está unido de lo contrario queda reducido al deseo, que también tiene una gran importancia, pero no es amor completo, no es amor trascendido. Encuentro muy esclarecedor lo que escribe Marguerite Yourcenar en Memorias de Adriano: “El juego misterioso que va del amor a un cuerpo, al amor de una persona, me ha parecido lo suficientemente hermoso como para consagrarle parte de mi vida.”.
Siguiendo con la idea del amor, sus poemas parecen orillarlo, parecen ser un camino lleno de perplejidad que hemos de recorrer, aunque la meta sea inalcanzable.
La belleza es inalcanzable y el amor es esa belleza que perseguimos en el transcurso de nuestra existencia y que, en ocasiones, bordeamos.
¿La misma perplejidad que produce el camino hacia el amor, la provoca también la belleza como sugiere uno de sus poemas?
Es que el amor en sí mismo es la máxima belleza a la que se puede aspirar. Cuando nos enamoramos caemos en un estado de perplejidad.
En la llovizna del puerto, en el poema “La letra del escriba”, los últimos tres versos dicen: Así la primera letra roja del escriba / marque tu paso y mi inicial; / la misma letra para escribir y amar ¿Escribir y amar son una premisa para el poeta o un reconocimiento de la naturaleza de la escritura poética?
En la tradición pitagórica la letra mayúscula ene, N, es el antiguo símbolo del escriba. En este poema hago un juego privado con la primera letra de mi nombre, N, (Neus) y la letra “N” que significa escriba. En cuanto a la pregunta en concreto, no creo que haya nada verdaderamente importante en poesía o en arte que se pueda realizar sin que exista el amor. El amor de cualquier tipo. Sin olvidar que para los pitagóricos la materia es música solidificada.
En un mundo dominado por la violencia, la injusticia, la mentira y la corrupción ¿la poesía escapa a estos males? ¿cómo reconocer la verdad y la belleza en ella?
La poesía no tiene nada que ver con esa enumeración de males, no es que escape a la violencia, la injusticia, la mentira y la corrupción, es que la poesía es la gran transformadora. Es la que convierte los males en verdad y belleza. Por eso, a menudo, la poesía es un consuelo para quien la lee.
Rimbaud escribió en Las iluminaciones “nunca podré arrojar el Amor por la ventana”. ¿Tampoco la poesía?
La poesía siempre regresa y, a menudo, disfrazada de amor. Me gusta recordar que Henri Michaux dijo que: “Lo comparable cede ante lo incomparable”.
Bibliografía de Neus Aguado:
Poesía
Paseo présbita. La Gaya Ciencia, Barcelona, 1982.
Ginebra en bruma rosa. Lumen, Barcelona, 1989.
Aldebarán. Lumen, Barcelona, 2000.
Entre leones. Cuadernos del Mediterráneo, Editor Carlos Morales del Coso, Cuenca, 2002.
Intimidad de la fiebre. El Toro de Barro, Cuenca, 2005.
En el desorden de la casa / En el desordre de la casa. Libro de artista, bilingüe, en colaboración con la escultora Marga Ximenez, traducción al catalán de Teresa Pascual. MX Espai Edicions 1010. Barcelona, 2006.
Tal vez el Tigre. In-Verso, ediciones de poesía, Barcelona, 2014.
66 maneras de mirar. Animal Sospechoso Editor, Barcelona, 2023.
En la llovizna del puerto. Cuadernos de la Errantía, Madrid, 2024.
Narrativa
Juego cautivo. Laia, Barcelona, 1986.
Paciencia y barajar. Tusquets Editores, Barcelona, 1990.
Ensayo
Guia del Cementiri de Montjuïc. Ajuntament de Barcelona, Barcelona, 1992.
(Nueva versión revisada y ampliada en castellano, 1993).
Guía de lectura: “Primavera con una esquina rota de Mario Benedetti”.
Pocket Edhasa, Barcelona,1995.
Antologías en catalán de poetas catalanas
(Coautora), Paisatge emergent. Trenta poetes catalanes del segle XX.
Edicions de la Magrana, Barcelona, 1999.
(Coautora y editora), Misterioses fruites. Poesia completa de Quima Jaume.
Ediciones Proa, 2004.
Traducciones del catalán al castellano
Gregori, Àngels. Deberíamos habernos quedado en casa [Antología]
Godall Edicions, 2021.
Sònia Moll. La serpiente. Artículos de desobediencia [Beneïda sigui la serp]. Godall Edicions, 2019.
Maria-Mercè Marçal. Con hilos de olvido/Amb fils d’oblit. [Antología].
Edición bilingüe. Sabina Editorial, 2016.
Antología de Montserrat Abelló
Edición bilingüe. Amelia Romero Editora, 2005.
(Coautora) Antología de Maria Mercè Marçal. Edición bilingüe.
Amelia Romero Editora, 2005.
Asimismo, ha sido traducida a diversas lenguas y está incluida en numerosas antologías nacionales e internacionales.
Muy buena entrevista, Anto io. Gran poeta. Abrazo y gracias
La maestría de Neus es tan sencilla y rotunda que recuerda a los clásicos. Tal vez eso la vuelve clásica.
La maestría es tan sencilla y clara que sin buscarlo parece clásica. Tal vez eso la vuelve clásica
Excelente entrevista, tan certera, culta y delicada. Se aviene o mejor se pliega al carácter de Neus del que emana su poesía, límpida y tersa como el cielo trasparente de una tarde de estío en la montaña.
Me encanta la escritura de Neus y también su persona.
Es la mejor poeta actual en lengua española