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Claudia Goldin, las brechas de género en el mercado laboral
Las contribuciones de la Premio Nobel de Economía 2023 nos acercan a la posibilidad de un mundo laboral con igualdad de género. Esta economista ha transformado la forma de entender la brecha salarial, invitando a replantear nuestras percepciones sobre la igualdad de oportunidades en el trabajo.
Sus estudios, investigaciones históricas y análisis de datos, han contribuido a la comprensión de las brechas de género en el mercado laboral, y demostrado que estas desigualdades son sistémicas y están arraigadas en la historia económica. Sus aportes han impulsado discusiones críticas sobre la economía del cuidado y las transformaciones necesarias en el mundo del trabajo.
Por Pamela M. Natali y Luciana D. Zúñiga Magnolii
El 9 de octubre de 2023, la Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó el Premio Nobel en Economía a Claudia Goldin por sus destacados aportes a la comprensión de las brechas de género en el mercado laboral. En un mundo donde las desigualdades entre varones y mujeres persisten en diversos ámbitos, sus estudios han arrojado nueva luz sobre las complejas raíces de esta problemática.
Apasionada por la investigación al punto de considerarse como una detective dentro la historia económica, Claudia Goldin siempre comenzó por hacerse preguntas: ¿Por qué existe una brecha de ingresos entre varones y mujeres en Estados Unidos? Es decir, ¿cuáles son las causas de que los varones ganen más que las mujeres, incluso cuando su nivel educativo es el mismo? Como se puede advertir, esta pregunta no es nueva, sin embargo, el principal aporte de Goldin consiste en que, a través de una perspectiva histórica y de datos rigurosamente compilados, es demostrar que la discriminación salarial de las mujeres y su desigual representación en el mercado laboral son fenómenos sistémicos con raíces históricas y sociales profundas.
¿Quién es Claudia Goldin?
Claudia Goldin, nacida en Nueva York en 1946, ha forjado una carrera impresionante en el campo de la economía. Obtuvo su doctorado con 26 años de edad en la Universidad de Chicago y, a partir de allí, ha dedicado su vida a la academia. Goldin se ha destacado por ser la primera mujer en acceder al cargo de profesora en la Universidad de Harvard, en Cambridge, y fue por varios años la directora del Programa de Desarrollo de la Economía Estadounidense en la NBERii, una de las organizaciones de investigación económica más influyentes de los Estados Unidos, logros que destacan su importancia como referente en los temas que investiga. Además, es la tercera mujer en recibir el Premio Nobel de Economía y la primera en recibirlo en solitario, uniéndose a un selecto grupo que incluye a Elinor Ostrom y Esther Duflo.
Desde su perfil como historiadora económica aborda temas del mercado de trabajo que van desde la fuerza laboral femenina hasta la desigualdad de ingresos, el cambio tecnológico, la educación y la inmigración. Entre sus obras más notables se encuentran “Comprendiendo la brecha de género: Historia Económica de las Mujeres en Estados Unidos” (Oxford, 1990) y su más reciente libro es “Carrera y familia: el viaje centenario de las mujeres hacia la equidad” (Princeton University Press, 2021).
¿Cuáles han sido los aportes de Claudia Goldin que dieron lugar al Premio Nobel en Economía?
El premio Nobel otorgado a Claudia Goldin no es simplemente un reconocimiento a su trayectoria, sino una validación de sus esfuerzos por desentrañar las causas fundamentales de las brechas de género en el mercado laboral. Se trata de las oportunidades de las mujeres para combinar trabajo y familia, decisiones sobre educación y constitución de una familia, innovaciones tecnológicas, normas sociales y la transformación estructural de la economía. A lo largo de su carrera, Goldin ha utilizado principalmente la historia económica -mirando hacia atrás más de 200 años de datos de Estados Unidos- para explicar cómo y por qué las diferencias en salarios y tasas de empleo han cambiado con el tiempo.
Una de sus contribuciones clave es la identificación de la llamada “curva en forma de U” que describe la participación de las mujeres casadas en el mercado laboral de Estados Unidos desde 1970 hasta la actualidad. Contrariamente a la creencia común de que la participación de las mujeres aumentaría con el crecimiento económico, Goldin reveló que esta relación no es tan lineal como se pensaba. La curva en forma de U muestra cómo la proporción de mujeres casadas en trabajos remunerados disminuyó a medida que la sociedad pasaba de una economía agrícola a una sociedad industrial a principios del siglo XIX. Sin embargo, esta tendencia se invirtió cuando el capitalismo industrial abrió paso a las sociedades de servicios a finales del siglo XX.
Goldin también analizó cómo las expectativas y las normas de género influyen en las elecciones educativas y profesionales de las mujeres. Demostró que las expectativas sobre sus futuras carreras profesionales han evolucionado con el tiempo. A inicios del siglo XX las expectativas laborales de las mujeres eran bajas, lo que tuvo un impacto en sus decisiones educativas y, en última instancia, en sus salarios. Esto fue cambiando a medida que se produjeron enormes transformaciones económicas y sociales, donde demuestra también que el acceso a la píldora anticonceptiva en la década de 1970 contribuyó con nuevas oportunidades para planificar una carrera profesional, de modo que las mujeres invirtieron más en su educación y ahora superan los niveles de formación de los hombres en muchos países de altos ingresos.
Otro de los aportes de Goldin es lo que llama la “penalización por maternidad”. Su investigación muestra que la llegada del primer hijo reduce los ingresos de las mujeres, y esta penalización es particularmente pronunciada en comparación con los hombres, a pesar de tener la misma educación y ocupación. Esta especie de castigo se debe, en gran medida, a la rigidez de las jornadas laborales en el mercado y a las responsabilidades familiares que recaen de manera desproporcionada en las mujeres. Es decir, la disminución en los ingresos se debe principalmente, aunque no exclusivamente, a una reducción de las horas de trabajo. Además, los ingresos disminuidos persisten durante al menos una década posterior al nacimiento.
Goldin corrió el foco en la discusión sobre la brecha salarial desde la exigencia de “igual pago por igual trabajo” hacia describir y sustentar con datos cómo las características del mercado laboral y el reparto desigual de los cuidados disminuyen los ingresos de las mujeres o impide que sus carreras profesionales avancen. El sistema económico capitalista se sostiene en el trabajo reproductivo, donde las tareas realizadas en el hogar, generalmente de forma no remunerada, son imprescindibles para que las personas estén en condiciones de realizar trabajos remunerados: bien alimentados, con ropa limpia, sabiendo que sus hijos están siendo debidamente cuidados, etc.
Por lo anterior, Goldin nos ofrece una visión reveladora de las transformaciones necesarias en el mundo del trabajo para lograr una mayor igualdad de género. Plantea que para reducir esta brecha, el sistema económico debería explorar la posibilidad de crear empleos más flexibles en términos del tiempo dedicado al trabajo, incorporando prácticas de colaboración concertada en los equipos en diversos ámbitos laborales, como la academia, el derecho o la consultoría.
En este contexto, Goldin destaca cómo las ocupaciones en sectores codiciados a menudo se contraponen al tiempo requerido para el cuidado de niños o ancianos. Estos trabajos bien remunerados a menudo pagan más debido a la disponibilidad constante, lo que desafía las responsabilidades de cuidado. Además, señala que las normas sociales desempeñan un papel fundamental, ya que las mujeres a menudo se ven desproporcionadamente asignadas a las tareas de cuidado. En este sentido, en parejas heterosexuales, la elección de trabajos codiciados para los hombres se ve influenciada por estas normas generando desigualdades de género.
¿Cómo se enmarcan los aportes de Claudia Goldin en los desarrollos de la economía feminista? ¿Qué reflexiones despiertan?
Si bien su trabajo se ha centrado en la economía laboral y en entender la brecha de género en el mercado laboral, sus investigaciones han abordado problemáticas que son centrales en la economía feminista, y que muchas autoras de esta corriente han venido investigando en las últimas décadasiii. Tanto esas autoras como Claudia Goldin han desafiado las explicaciones convencionales de la discriminación salarial de las mujeres, destacando que factores como la educación y la elección de la profesión no son elecciones libres y, particularmente, no son suficientes para explicar las brechas salariales de género.
La economía feminista ha insistido durante mucho tiempo con que la maternidad es un factor clave en la generación de las brechas salariales de género, ya que son las mujeres quienes asumen en mayor medida la carga de cuidados, lo cual les impide insertarse en el mercado laboral o se ven forzadas a elegir empleos con horarios flexibles, de modo de poder equilibrar el trabajo asalariado con las tareas de cuidado no remuneradas en el hogar (“trabajo y familia”). Goldin ha respaldado esta perspectiva al demostrar que la llegada del primer hijo tiene un impacto significativo en los ingresos de las mujeres.
El hecho que sean las mujeres quienes asumen la carga de cuidados al maternar tiene su origen en el modelo tradicional de familia: un varón proveedor que realiza trabajos remunerados en el mercado laboral, y una mujer que realiza los trabajos reproductivos en el hogar. Tanto la economía feminista como Claudia Goldin señalan que las transformaciones económicas y sociales de las últimas décadas han incrementado la participación de la mujer en el mercado laboral, pero no sucedió lo mismo con la participación de los varones en el ámbito del hogar, asumiendo menos responsabilidades en la crianza, así como en las demás tareas domésticas.
En este sentido, se ha subrayado la importancia de reconocer y valorar el trabajo reproductivo que se realiza en los hogares, así como la necesidad de instalar en agenda la discusión sobre las formas en que se distribuye este trabajo, impulsando políticas que promuevan la igualdad en la distribución de las tareas de cuidado, como por ejemplo las licencias por paternidad, entre otras.
La investigación de Goldin es un llamado a la acción, una invitación a que el mundo del trabajo se adecue a las nuevas dinámicas sociales, y también a los varones a involucrarse y demandar tiempos para dedicarse a las tareas de cuidados, no sólo continuar reproduciendo su rol de proveedores. Debemos reconocer que la igualdad de género no se logrará únicamente a través de la igualdad de acceso a la educación y la formación profesional, sino también a través de reformas en el mundo del trabajo, de políticas que fomenten una distribución equitativa del trabajo de cuidado y un cambio cultural que cuestione los roles de género tradicionales.
Tanto desde la academia como desde la sociedad, permanecen muchos interrogantes acerca de la manera en que organizamos socialmente el trabajo remunerado y no remunerado: ¿es posible un mundo laboral en armonía con la vida personal? ¿Podremos pensar en escenarios futuros donde tanto varones como mujeres sean libres de decidir su futuro profesional y laboral en igualdad de condiciones? ¿avanzaremos hacia un mundo laboral en el que la crianza de los hijos no represente una penalización en los ingresos de sus madres únicamente? ¿Existe el compromiso de la sociedad en lograr estas transformaciones? Todavía queda un largo camino por recorrer, el Premio Nobel otorgado a Claudia Goldin es una muestra de que en la actualidad la temática se vuelve aún más relevante y pertinente, un territorio desde el cual observar, discutir y pensar la convivencia en igualdad de oportunidades.
Fuentes:
Universidad Harvard (s.f.) Bio de Claudia Goldin. https://scholar.harvard.edu/goldin/biocv
Organización Premio Nobel (s.f.) El Premio Nobel. https://www.nobelprize.org/prizes/economic-sciences/2023/press-release/
i Las autoras son licenciadas en Economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
ii Refiere a la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos.
iii Los aportes y las distinciones entre la economía de género, la economía feminista y la economía del cuidado exceden a los objetivos este artículo, donde sólo nos centraremos en aquellos puntos en común con los aportes de Goldin.